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María de la Paz

¿En primera clase? ¡De una!

El que no oye consejos no llega a viejo... entonces ’hice caso’ y llamé a Holanda a preguntar si era posible viajar en primera clase para empezar mi nueva asignación laboral. Si, respondieron. "Está contemplado en la política de viajes de la compañía". Al principio pensé que las sillas son más grandes y cómodas y -dicen- la comida y el servicio a bordo son mejores. Sin embargo, la primera ventaja es el equipaje permitido, pues es un 50% más que el que se puede llevar en clase económica. Así que compré una tercera maleta, para tratar de acomodar las mil pendejadas que uno cree necesarias cuando se va del país.

 

En dos horas acomodé casi 80 kilos de equipaje, que incluían 80 chocolatinas Jet y 20 chocorramos, dosis que Mauricio se comió en 5 días. Después de cerrar las maletas -con Clarita sentada sobre ellas- llegué al aeropuerto para hacer mi primer viaje internacional en primera clase. Bueno, también nacional. Aquí, la segunda ventaja: en cuanto le dije al señor de la aerolínea, que muy bravo trataba de que las 100 personas de la fila se acomodaran, que viajaba en ’bussines’, cambió la cara y me dijo sonriendo: ’permítame que la acompañe al counter, esta no es su fila’. Me llevó a donde dice ’bussines’ y 10 segundos después me atendieron. 30 segundos después ya me había chequeado, aforado los 77kg de equipaje hasta Amsterdam y recibido mi invitación a la sala VIP. En la salita, que primero tuve que buscar cuidadosamente, pues cuando uno no sabe que existe, no la ve, comí unos pasabocas y tomé un whiskey durante la espera.

 

En efecto las sillas son tan cómodas como había visto en televisión, y la comida mucho mejor. Así como el servicio. Pero hay algo que no me convence de taaaanta atención. El viaje transcurrió con mil ‘atenciones’ por parte del servicio a bordo. Entrega de audífonos, ofrecimiento de bebidas, explicación del funcionamiento de la silla, bebidas, entrega del kit de viaje, bebidas, comida, bebidas, revista del dutty free, bebidas, desayuno, bebidas… Con todo esto, no hubo mucho tiempo para descansar, y mucho menos para dormir, y así pasé la primiparada de primera clase. Así que en adelante, recomiendo no dejarse seducir por tanto servicio y aprovechar la silla grande y cómoda para hacer lo que se haría igual (para alguien de mi tamaño) en clase económica o en un bus de Berlinas: dormir cuanto sea posible…

1 comentario

Mauricio -

Eran sólo 10 chocorramos!!!! y las chocolatinas JET me las tienen racionadas... acabo de enterarme de que todavía hay 10....