A veces tengo tantas cosas por contar, que no se ni qué tema elegir, ni por dónde empezar ni cómo ordenar los hechos. No se si empezar cronológicamente o escribir sobre lo que más me llama la atención o empezar con lo que me da vueltas en la cabeza una y otra vez. A veces no se si quiero contar lo que ha pasado hoy o hablar de las personas que he conocido en el último año o gritar lo que pienso, describir mis sentimientos. Doy vueltas y vueltas, mi mente va dispersa de un lugar a otro, hago listas con temas posibles. Empiezo posts que nunca termino y así se me pasa el tiempo volando y hace ya 2 meses que no publico algo aquí. Desde que empecé este blog en el 2009 mi idea era escribir cada mes y hasta he llegado a pensar que puedo hacerlo cada dos semanas, pero no es que haya tenido mucho éxito con esto.
Repasando las varias listas de temas y los posts inconclusos decidí empezar por la lista cronológica, así que me devuelvo a Diciembre. Hice, como es costumbre para mi y corriendo el riesgo de parecerme a la sección de farándula de un noticiero regional de tercera, un top 5 de mis momentos favoritos del 2010. Inicialmente quise hacer un recuento y un balance de lo bueno, lo malo y lo feo del año. Pero para qué, si bien algo puede ser bueno, malo o feo pero lo importante es lo que nos queda de recuerdo. Los momentos dignos de ser recordados, los memorables. Y luego de un fin de semana de reflexión, decidí escribir los momentos del 2010 dignos de un espacio en mi memoria para el futuro. Pero... es que las listas así no me gustan: una frase de 20 palabras y luego una lista. No me convence. Entonces aquí van mis momentos favoritos, no una lista sino unos párrafos desconectados, sueltos. Escritos tal y como iban llegando a mi cabeza, lo que no parece para nada una lista de chequeo. Como si uno fuera por la vida diciendo: amigos: listo, amor: listo, dinero: listo. Escritos sin colores y con la dispersión propia de una cabeza que sólo pensaba en las vacaciones que empezarían 24 horas después:
1.
Era el 23 de Diciembre de 2009 (si la lista se hace al empezar Diciembre de 2010 lo lógico es que incluya Diciembre de 2009, ¿no?), llegué del trabajo una de esas tardes donde me negaba a aceptar que se acercaba la primera Navidad que pasaría fuera de mi casa. Revisé el buzón y había un sobre para mi. Reconocí la letra de inmediato: ¡era una tarjeta navideña de mi hermana desde Canadá! Esas sorpresas por correo físico, ver mi nombre escrito y reconocer la letra de alguien a quien quiero y que ha escrito algo para mi desde el otro lado del mundo, es extraordinario. Así que gracias por las postales, cartas, regalos y tarjetas. Alegraron cada uno de los días en que los recibí.
2.
Los aeropuertos y las estaciones de buses y trenes tienen algo que siempre me ha atraído. Me encantan. Siempre me he regalado para recibir y llevar a todo el que pueda que llegue o se vaya de viaje. No se en qué se basa exactamente mi relación con estos sitios pero el 2010 dio fe de uno que otro momento emocionante en estos lugares. No se bien porqué o cómo, pero terminé llorando al recibir a Tatiz en el aeropuerto de Amsterdam. Habíamos dejado de vernos año y medio pero más que el tiempo, creo, fueron las experiencias vividas en ese tiempo y la emoción de un encuentro aquí y no en Bogotá o Bucaramanga las que me hicieron parecer la persona más cursi de todo Schiphol esa mañana. También se me cortó el aliento al recibir a Jaime en Rotterdam y me obligué a pensar en “culo de una vaca” para no llorar como niña sin caramelos en Halloween cuando lo despedí en un tren de la estación central. En Copenhague, tuve que “comportarme” delante de Lucas, quien me miraba con su carita de no entender qué pasaba, sólo porque yo me despedía tristemente en el aeropuerto. Y al llegar a Rotterdam, después de un fin de semana fuera, mi corazón iba a mil por hora cuando descubrí a Mao esperándome de sorpresa al bajarme en la estación de tren.
Tal vez es la trascendentalidad de las despedidas, pensar que no volveremos a vernos en algun tiempo o la emocion de volver a encontrarnos después de tantas experiencias y todo lo vivido, y algo en mi cabeza se activa y me permite gozarme cada uno de estos encuentros al limite.
3.
Empezar una vida en otro país (y algunas anécdotas que me faltan por contar y que serán motivo de otro post, algún día, en el futuro), hacen que ahora le de valor a cosas que antes ni notaría. Inmigrar a Holanda y comenzar una vida desde cero, en un país donde no conocía a nadie, sin amigos y compañeros para, con la agenda en blanco y empezando como una total aparecida, a buscar nuevos. Todo esto hace que varios momentos del 2010, cosas pequeñas que en otras condiciones serían insignificantes, palabras llenas de cariño de personas que hace dos años ni pensaba que conocería, expresiones de admiración y respeto, todas ellas se quedarán en mi memoria mucho tiempo pues me dieron la energía necesaria para continuar, cuando lo necesitaba. Quien me dio consejos desinteresados para entender a los holandeses, quien me ofreció llevarme a un lugar apartado para calmar mi ira, quien me dio su teléfono para poder llamarlo cuando necesitara hablar con alguien. Quien me dijo que me admiraba por mi fortaleza, quien hasta confesó sentir un poco de envidia (de la buena, claro) por lo que he hecho en este tiempo. Quien me llevó a lugares bonitos, para pasar una tarde fuera del estrés que llenaba algunos días. Quien me saludaba todas las mañanas de manera especial y quienes me dijeron que me extrañaban al volver de unos días fuera de la oficina. Todos ellos hicieron mis días más especiales y alegres.
Y entonces ahí dejo un post lleno de emociones, no era la intención pasarme de la raya del melodrama. Pero ahora evaluando el año que termina, me doy cuenta de que no fue un año de grandes negocios o inversiones, ni de viajes largos, no compré casa, ni carro, ni me gané una beca. Pero el 2010 si fue un año de disfrutar la nueva vida que tengo con Mauricio, de reencontrarme con viejos amigos y hablar por horas como si el tiempo nunca hubiera pasado y disfrutar nuevamente de su compañía. Y un año de conocer nuevas personas. Personas interesantes, particulares, con sentido del humor diferente. Personas que en un momento u otro alegraron mi 2010. Asi que gracias a todas ellas y ¡feliz ano!