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María de la Paz

Bed, breakfast y algo más...

Bed, breakfast y algo más...

En los últimos meses tuvimos en casa varios visitantes. Tías, primos, amigos, amigas, esposos de amigas, amigos y amigas de los amigos y amigas. Gente a la que conozco muy bien y gente a la que nunca había visto. Algunos recorrían Europa y escogieron mi casa como "centro de operaciones" para visitar los países bajos. Otros vinieron expresamente a visitarnos.


Cada visita hacía que mis días fueran especiales. Cada uno traía motivaciones diferentes. Unos querían ir a Amsterdam, otros a museos, otros de compras. A unos les gustó el paseo por los canales. A otros las casas cúbicas. Otros quedaron contentos con la comida holandesa (???) y a algunos pocos les gustó el Euromast... Cada uno nos acompañó con un toque especial... la manera como planeaban los días, como delegaban funciones entre ellos: unos más juiciosos, sabían detalladamente qué querían hacer en cada ciudad, conocían las páginas de cada empresa de trenes, buses, metro o aerolíneas, andaban con un mapa debajo del brazo, con libretita para información importante y otros !hasta con diario!... Algunos planeaban itinerarios apretadísimos saliendo a las 9am... otros se bañaban al medio día y salían a las 3pm a dar una vuelta...


De cada uno me quedó algo: desde bufandas hasta anillos -que devolveré cuando vuelvan de visita... Pero también consejos, lecciones, regaños, sugerencias, enseñazas prácticas, preguntas extrañas... Aprendí a hacer café sin filtro, hice arroz sola por primera vez, probé la cidra. Comí tapas españolas en un restaurante cubano. Y ahora de vez en cuando entro a un almacén en Rotterdam y saludo con un "buenos días"...

 
Todos traían historias diferentes aunque la nuestra fue siempre la misma: expliqué varias veces porqué comíamos pan dulce, cuáles muebles eran de Colombia y cuáles no, dónde compramos los tapetes. Que la hamaca no es de adorno y que yo también me sorprendo con el sistema del parqueadero del edificio. Que a Mauricio le faltan casi 3 años de estudio. Expliqué sin cansarme quién era la niña churca de la foto. Cómo es eso de que los apartamentos los arriendan sin piso... y que no sé, sinceramente, si el holandés se parece o no al alemán...


Al principio, antes de empezar la "temporada" de visitas, pensé que 3 o 4 días era suficiente tiempo para adelantar el cuaderno. Luego me di cuenta de que se necesita mucho más que 3 días para ponernos al día, hablar de tantas cosas y personas en común. Para contarnos historias y compartir experiencias, planes y proyectos. Y al final de cada visita, no quería que se fueran, no quería despedirme. Unas despedidas fueron fáciles, otras no tanto. Todas con promesas de vernos pronto, de devolver la visita a países y continentes lejanos, aunque sólo algunos de esos planes son realistas...


La mejor de todas las despedidas, la más linda, la que se me va a quedar grabada por mucho tiempo... el cierre con broche de oro, la joya de la corona, la última empanada de la tienda: fue la última visita. Un pequeño personaje, y de verdad todo un personaje, de 2 años de edad, que en la estación de tren, minutos antes de irse al aeropuerto con sus papás, abrió sus brazos en señal de darme un abrazo para despedirse... ¡Qué momento tan emocionante! Nada me gustó tanto.


Y así, con un abrazo de Lucas, terminó la temporada de visitas otoño - invierno 2009. Temporada que disfruté muchísimo. Ahora a esperar a que la temperatura empiece a subir para que más amigos hagan planes de venir a visitarnos... ¡¡los esperamos!!

 

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